Fátima Ruiz Fuster
Psicóloga General Sanitaria
Soy Fátima Ruiz Fuster, Psicóloga General Sanitaria (CA-01169), profesora en la universidad, investigadora con un doctorado en psicología de la personalidad y la emoción.
Desde la adolescencia me ha interesado la psicología y poder comprender mejor a las personas. Sin embargo, empecé estudiando Derecho y ADE porque creía que era una carrera que me abriría muchas puertas. Al poco y, gracias a mi hermano, me di cuenta que lo que realmente me llenaba no era eso y, me cambié a Pedagogía, mientras estudiaba Psicología a distancia en la UNED.
Fue la mejor decisión que pude tomar y al principio enfoqué mi carrera al ámbito universitario y la investigación para profundizar en el funcionamiento psicológico de las personas. Esto me llevó a realizar un Máster de Investigación así como realizar un Doctorado en Psicología de la Personalidad.
No fue fácil la experiencia del Doctorado pero valió la pena. Me especialicé en una psicóloga americana, Magda Arnold, que fue revolucionaria para su época. En un ambiente dominado por el conductismo o el psicoanálisis propuso una vertiente más humana y cognitiva sobre cómo funciona la psicología y el cerebro humano y reconociendo el valor de las emociones en nuestro día a día.
Durante esa época, profundicé también en la educación emocional, haciendo el curso de UpToYou, y la educación del carácter como pilares fundamentales que ayudan a una mejor salud mental y finalmente me decidí a combinar la docencia e investigación universitarias con la práctica clínica, estudiando el Máster de Psicología General Sanitaria.
He hecho prácticas en el departamento de orientación de un colegio, en una empresa de recursos humanos, y en una clínica de psicología, ISEP, lo que me ha permitido tener una mirada amplia de la importancia de la psicología y la educación.
He colaborado en voluntariados enfocados en la educación emocional con la Asociación Amal-al-Atfal en Marruecos y en otro voluntariado con la asociación ACOES en Honduras. Estas colaboraciones me han permitido ser consciente de la importancia del apego en la infancia y de las repercusiones de no haberlo tenido.
También he podido colaborar en otras asociaciones para ayudar a personas con adicciones y traumas de todo tipo en la infancia. Esto me ha ayudado a ser consciente del valor y de la ayuda que puede suponer la psicología para las personas y cómo es posible restaurar y sanar algunas de las heridas de la infancia y aprender a vivir con ellas sin ser esclavo.
Este cambio profesional ligado a mi propio camino personal me llevó a crear una consulta de psicología y poder especializarme tanto en el campo emocional, trabajando bloqueos emocionales, dependencias, adicciones, inseguridades, etc. como en el campo del trauma y el apego.
Aún así, utilizo distintas técnicas tanto cognitivo-conductuales, humanistas o narrativas, como de la terapia de aceptación compromiso y de la terapia focalizada en emociones, según sea la necesidad de la persona.
Trato de mirar a la persona como una unidad siendo la psicología un instrumento a su servicio. No hace falta estar fatal para empezar una terapia psicológica, realmente lo mejor es la prevención y el crecimiento personal. Querer vivir una vida en plenitud es suficiente para pedir orientación psicológica ya que al final la psicología también busca la mejor versión de las personas.
No podemos olvidar, por tanto, la importancia de tener un sentido, un motivo trascendente por el que vivir, ya lo decía Viktor Frankl, “cuando una persona no puede encontrar un sentido profundo de su significado, se distrae con el placer”, pero “una vez que le damos un significado a la vida, no solo nos sentimos un poco mejor, sino que además, también hallamos la capacidad de lidiar con el sufrimiento”.
El objetivo en las sesiones es ir descubriendo ese significado, aprender a entender cada historia personal y trabajar para que las dificultades diarias no nos impidan vivir en plenitud.
A día de hoy, combino mi consulta psicológica con la docencia y la investigación universitarias, creo que ambas deben ir de la mano y nutrirse la una de la otra. Sin embargo, lo más importante es mi familia que me ha enseñado lo que de verdad importa y que son un reto diario para aplicar todo lo que he ido aprendiendo durante estos años.
La terapia psicológica tiene como objetivo principal ayudar al paciente a comprender y manejar sus pensamientos, sentimientos y comportamientos de manera más efectiva, con el fin de mejorar su bienestar emocional y calidad de vida.
El primer paso en el tratamiento suele ser una evaluación exhaustiva, donde el psicólogo recopila información sobre el historial médico, los antecedentes familiares y las preocupaciones actuales del paciente. Esta información nos permite establecer un diagnóstico y desarrollar un plan de tratamiento personalizado.
Durante las sesiones de terapia, utilizaremos diversas técnicas y enfoques terapéuticos, como la terapia cognitivo-conductual, la terapia de apoyo, la terapia humanista, entre otras.
El tratamiento también puede abordar problemas de relaciones interpersonales, habilidades de afrontamiento, autoestima y manejo del estrés. Brindaremos un espacio seguro y confidencial donde el paciente puede expresar sus emociones y preocupaciones sin temor a juicio.
Para otro tipo de conductas peligrosas como las adicciones o dependencias, el objetivo principal del psicólogo es ayudar al paciente a comprender las causas y desarrollar estrategias para manejar los desencadenantes y las situaciones de riesgo.
Durante las sesiones de terapia, el psicólogo trabajará con el paciente para identificar patrones de pensamiento y comportamientos disfuncionales asociados con su adicción o dependencias.