Una reflexión para quienes se sienten sobrepasados emocionalmente
Hace un tiempo publiqué un artículo titulado “Mis emociones informan, yo decido”. Poco después, una persona me comentó —con bastante acierto— que eso no siempre era lo que ella experimentaba. Ese comentario me hizo reflexionar, y me pareció importante complementar aquella idea.
Porque, en efecto, muchas veces no somos nosotros quienes decidimos conscientemente. Algo dentro de nosotros toma el control y actúa, incluso aunque sepamos que no es lo que queremos.
La ansiedad que intenta evitar el sufrimiento anticipando cada escenario posible. La vergüenza que nos paraliza e impide conectar con los demás. El miedo que nos congela. La rabia que estalla o nos consume por dentro. La frustración que se instala y nos hace vivir con una constante sensación de insatisfacción. O el impulso sexual que nos sobrepasa.
A veces, esta es la realidad: no soy yo quien guía mi actuar, sino mis emociones, que me arrastran como un tsunami.
Puede que, en ciertos momentos, te sientas así. Que no seas tú quien decide, sino tus emociones.
La buena noticia es que esto se puede trabajar. No tiene por qué seguir siendo así. Existen formas de recuperar el control, de dejar de vivir en automático o atrapado por esos impulsos, y empezar a dirigir tu vida hacia donde realmente quieres ir. Escuchando tus emociones, sí, pero sin dejar que tomen el mando.
Esto puede ser un síntoma de que hay algo en el pasado que todavía está teniendo un efecto en mí: una situación, una experiencia puntual o repetida que he vivido, y que ha dejado una huella emocional en mí.
Un primer paso práctico:
La próxima vez que sientas una emoción intensa, antes de reaccionar, tómate un momento para respirar profundamente tres veces. Luego pregúntate: “¿Qué está intentando decirme esta emoción?” A veces, simplemente hacer una pausa ya es una forma de recuperar el control.
No hay una fórmula mágica, pero todo empieza con el deseo de cambio.
Si te has sentido identificado con este texto y quieres empezar a comprender y gestionar mejor tus emociones, estaré encantada de acompañarte en ese proceso. Ponte en contacto conmigo ahora para una primera consulta o para resolver cualquier duda.